
Ablación de órganos: tiroides, riñón, apéndice, vesícula, amígdalas...
En el cuerpo humano, todos los tejidos están enlazados los unos con los otros, en armonía, equilibrados por una regulación humoral, sanguínea y neuroendocrina. El cuerpo es un conjunto de partes y órganos en cooperación recíproca, en interdependencia, cada órgano o parte está hecho de tejidos, estos tejidos están compuestos de células.
Si un ser humano come alimentos adaptados a su sistema digestivo de primate, sus órganos nunca van a caer enfermos y nunca van a causar problemas, porque sus células se bañaran en humores limpios y nutritivos.
Todos los órganos son importantes para asegurar el buen funcionamiento del cuerpo, NO SE DEBERÍAN QUITAR ÓRGANOS, SE DEBERÍAN REGENERAR A PARTIR DE LA CÉLULA, que es la masa más pequeña viva organizada.
LA CÉLULA ES LA UNIDAD DE PRIMER ORDEN DEL CUERPO HUMANO.
EL ORIGEN RAÍZ
Cuando un síntoma señala una anomalía en el sistema, no se debería tapar o suprimir esta señal de alarma con la ingesta de ningún medicamento químico alopático, más bien, buscar el origen raíz del problema, porque actuando así, uno corrige el problema desde el origen o desde el terreno y la anomalía desaparece definitivamente y naturalmente.
EL APÉNDICE
Esta excrecencia que mide unos 10 centímetros, ubicada al final del colon, tiene una función bien importante. Sirve de refugio a «buenas bacterias» que tapizan las paredes de nuestro intestino. Cuando hay fuertes diarreas o ingesta de antibióticos, estos microorganismos son protegidos al interior de este refugio natural, y a partir de los cuales se pueden recolonizar el intestino. En el hombre y en los otros primates la comunicación entre el intestino y el apéndice no es directa, se hace vía un abultamiento que forma un tipo de barrera y que tiene un rol inmunitario. El apéndice íleo-cæcal o vermicular, también fábrica anticuerpos y está sobre todo constituido por ganglios linfáticos.
El apéndice produce y segrega también un poderoso líquido germicida que se libera automáticamente dentro del caecum cuando unos desechos provenientes del intestino delgado pueden resultar nefastos para el individuo.
Es únicamente si la bilis no es emitida con regularidad o en cantidades suficientes, que el área apendicular se inflama y se infecta. Es importante estar atento a cualquier posible desajuste hepático.
SOLUCIÓN: adoptar una alimentación adaptada para el sistema digestivo humano con muchas fibras prebióticas. El ayuno es también muy recomendado.
Existen medios naturales eficaces para deshacerse de una apendicitis.
Alrededor del 19% de los casos de apendicitis pueden terminar en peritonitis. En la mayoría de los casos, la peritonitis es causada por una torpe auscultación de parte del médico. En caso de peritonitis, la intervención quirúrgica de emergencia se impone sin ninguna duda.
LAS AMÍGDALAS Y ADENOIDES
Las amígdalas y las vegetaciones son glándulas que hacen parte del sistema linfático. Tienen la capacidad de FABRICAR GLÓBULOS BLANCOS. Los glóbulos blancos son la principal fuente de defensa del cuerpo. Las amígdalas actúan como un órgano de eliminación, su función es vital en el organismo.
Fabricando estos glóbulos blancos y produciendo unos anticuerpos, las amígdalas contribuyen a la defensa del organismo contra los microbios. Al estar ubicadas en la parte trasera de la garganta, ofrecen una barrera que protege las vías aéreas inferiores de toda invasión.
Ellas son los FILTROS del sistema linfático. Nos ayudan a combatir las infecciones, atrapando las bacterias y los virus, es en este lugar que las células inmunitarias van a destruir las células dañadas.
Los ganglios linfáticos son una verdadera planta de reciclaje inmunitaria: con unos linfocitos, neutrófilos, macrófagos, fagocitos y anticuerpos.
Unas amígdalas inflamadas son el reflejo de una saturación de desechos, son la consecuencia y no la causa de un estado de toxemia general del cuerpo.
Extirparlas sin modificar las causas de los desórdenes de salud, equivale a hacer desaparecer un síntoma, una señal de alarma que tiene como función apagar un incendio.
La solución es fácil y rentable, pero destruye parcialmente las posibilidades de desintoxicación del individuo. La amigdalitis y las vegetaciones adenoides inflamadas, van a la par con un ensuciamiento humoral y celular llamado toxemia. Estos desórdenes locales son la expresión de un desorden general.
Unos investigadores señalan que la ablación de las amígdalas favorece el desarrollo de la poliomielitis (Dr. Michel Georget – Vaccination Les Vérités Indésirables).
Extirpando estos valiosos filtros, el estado humoral o el estado toxémico se agravarán tarde o temprano, desencadenando desórdenes más importantes y más graves.
«Una encuesta llevada a cabo sobre miles de obreros a quiénes se había practicado una ablación de las amígdalas en su juventud, ha demostrado que los desórdenes consecutivos a una amigdalectomía, reenvían todos a una pérdida de dinamismo físico sexual y mental. Treinta años de estudios en Italia han demostrado que tarde o temprano la ablación de las amígdalas reduce el vigor y la vitalidad de los individuos que han sido objeto de ello» – Dr. Norman Walker.
«Investigadores se han interesado en las consecuencias a largo plazo de una ablación de las amígdalas, órganos implicados en las defensas inmunitarias. Los resultados de sus investigaciones son preocupantes: el exéresis de las vegetaciones es asociado a un riesgo de afecciones respiratorias tres veces mayor comparado con la población que no ha pasado por este tipo de intervención: resultan más asma, más gripe, más neumonía y broncopatía crónica obstructiva BPCO.
La amigdalectomía, es relacionada con un factor de riesgo cercano a 2 veces mayor para todo lo que es las patologías respiratorias mencionadas anteriormente y de conjuntivitis. En cuanto a los factores de riesgos de otitis media, se eleva a 4 a 5 veces mayor.» – S. G. Byars, S. C. Stearns et J. J. Boomsma, dans Jama Otolaryngology Head and Neck Surgery, junio 2018.
«Nunca ponga su sistema inmunológico en peligro, nunca se dejen extirpar ganglios linfáticos! Las consecuencias pueden ser devastadoras. Dejen de tratar, mejor regenérese!» -Dr. Robert Morse.
SOLUCIÓN: suprimir las causas de la toxemia, corregir la alimentación y suprimir los alimentos mucogenos, «pegamentos» (sobre todo la leche de vaca y los cereales), y los alimentos acidificantes (cristales) que congestionan e inflaman las amígdalas vía una linfa sobrecargada de desechos.
Mientras se espera los efectos de la supresión de las causas, una serie de irrigaciones colónicas ayudaría a eliminar la putrefacción del organismo que se manifiesta en unas amígdalas enfermas, un ayuno de algunos días aportará un gran beneficio para permitir a la linfa y a los ganglios descongestionarse.
LA VESÍCULA BILIAR
Este órgano es una pequeña bolsa ubicada debajo del hígado. La vesícula biliar tiene una función de almacenamiento de bilis y participa en la digestión. La bilis emulsiona los lípidos, lo que favorece su transformación bajo la acción de los jugos pancreáticos e intestinales. La bilis tiene un papel indispensable en la digestión de las grasas. Permite igualmente eliminar algunos desechos, principalmente la bilirrubina, el exceso de colesterol y el producto de la degradación de los medicamentos en el organismo, también ayudan al hígado a deshacerse de sus toxinas. Tiene una función complementaria a la del hígado. La bilis permite también la lubricación del bolo intestinal, la alcalinización del bolo duodenal y la fabricación de la vitamina k.
Su ablación vuelve las digestiones más delicadas y perturbadas, conduce a un empobrecimiento de la sangre, y fragiliza el organismo que se defiende mucho menos.
SOLUCIÓN: evitar los alimentos mucogenos y acidificantes, adoptar una alimentación para la cual el sistema digestivo humano está diseñada, la cura de Andreas Moritz, pueden ser aplicadas infusiones de galium aparine entre 3 a 4 veces al día (NDT: o cápsulas de chrysanthemum americanum) ayudan a disolver los cálculos, teniendo una mejor influencia sobre el sistema linfático.
«Existen medios naturales eficaces para deshacerse de los cálculos en la vesícula sin dolor y sin cirugía (NDT el más eficaz siendo chrysanthemum americanum) Dr. André Passebecq, naturópata higienista.
¿EXISTEN ÓRGANOS INÚTILES?
«En el organismo, decía Kant, todo es recíprocamente medio y fin». Es la ley del cuerpo viviente, que cada parte necesitando de todas las otras, se ponga a su servicio para el bien del todo, la utilidad recíproca es sólo un aspecto particular de la unidad funcional del ser animado, fuente de la compensación interna.
LOS ÓRGANOS SUPUESTAMENTE INÚTILES
En el siglo XIX considerábamos todavía que en el cuerpo había ocho órganos supuestamente inútiles: las tiroides, las cápsulas suprarrenales, el hipófisis, la epífisis, el timo, el bazo, las amígdalas, y el apéndice.
Sin embargo, hoy en día, las tres primeras glándulas son reconocidas de importancia esencial en los vertebrados, como órganos endocrinos. La ciencia ha tomado mucho tiempo en descubrir la utilidad de los órganos linfoides, terreno de formación de pequeños glóbulos blancos de la sangre. Tales son la naturaleza y la función del bazo, donde se destruyen también los glóbulos rojos.
Dentro de las formaciones linfoides podemos incluir también el timo, las amígdalas y también quizás el apéndice por unos folículos linfoides incluidos en su pared.
Todos estos órganos son importantes e incluso algunos son vitales, no es sin peligro privar un individuo de estos órganos. Aristóteles decía que la naturaleza no hacía nada en vano. En los seres vivos todos los órganos funcionan y sirven al beneficio de la vida y en esto reside la definición misma de toda función como mecanismo del cuál la acción llega a un fin útil para el organismo entero.
LA SALUD SÓLO SE PUEDE RESTABLECER SI LAS CAUSAS DESAPARECEN
La medicina conformista solo cuenta generalmente sobre procedimientos destructores y supresores, la ignorancia de las verdaderas causas y del proceso de la «enfermedad» perpetúa estos errores.
Los que prefieren utilizar medicamentos químicos y/o el uso del bisturí, no deben cambiar en nada su higiene de vida.
Ningún órgano es inútil para una simbiosis óptima; no se puede suprimir uno sin dañar al perfecto funcionamiento del conjunto.
«El miedo y las teorías erróneas sacan a los hombres de su naturaleza y de su fisiología, y les hacen hacer muchas cosas absurdas y dañinas. Las indicaciones de la naturaleza son la verdadera guía en la búsqueda de la salud. Unas teoría efímeras llamadas erróneamente ciencia, causan a menudo muchos daños» – Dr. Herbert M. Shelton.
«Hasta que el hombre pueda reproducir una brizna de hierba, la Naturaleza puede reírse de sus supuestos conocimientos científicos» – Thomas Edison.
«Todas nuestras enfermedades son nada más que las consecuencias de nuestros hábitos de vida» – Hipócrates.
Por Malo Naturo.